Como cada año, el invierno nos obliga a ponernos más capas de ropa para hacer frente al frío. Sin embargo, por mucha ropa que nos pongamos, resulta difícil evitar la tendencia natural de nuestro cuerpo a encogerse ante las bajas temperaturas. Este gesto, que muchos hacemos sin darnos cuenta en cuanto salimos a la calle, no tendría mucha importancia si no nos llevase a adoptar posturas incorrectas que están en el origen de una de las dolencias más molestas en esta época del año: las contracturas. Si eres muy friolero, habrás notado que en invierno las sufres con mayor frecuencia, sobre todo en la zona cervical y dorsal. Y si sufres patologías previas, como fibromialgia, ciática o lumbalgia, sabrás que el frío hace que los síntomas de las mismas se acentúen, complicando tu vida diaria.
¿Cómo podemos prevenir las contracturas por frío?
- Abrígate. Protege especialmente la zona del cuello y las extremidades.
- Estira tus músculos. Tanto si haces deporte como si no, acostúmbrate a realizar estiramientos a diario. No te llevará mucho tiempo, y contribuirá a relajar tus músculos.
- Evita movimientos bruscos. Recuerda que tus músculos y tendones están más rígidos que de costumbre, no los fuerces innecesariamente.
- Bebe mucha agua. En invierno no lo tenemos tan presente como en los meses más cálidos, pero una buena hidratación es fundamental para combatir la rigidez en músculos y ligamentos.
¿Cómo tratar una contractura por frío?
La contractura por frío puede tratarse con analgésicos y relajantes musculares, y también sentirás alivio si aplicas calor en la zona afectada. No obstante, para garantizar una buena recuperación, la mejor opción es acudir a un fisioterapeuta que aplicará las técnicas adecuadas y guiará al paciente en ejercicios terapéuticos que le ayudarán a combatir el agarrotamiento muscular.
Si sufres alguna patología que afecta a una zona concreta de tu cuerpo, o tienes tendencia a sufrir contracturas siempre en la misma localización, te beneficiará llevar a cabo ejercicios específicos que te ayuden a fortalecer los músculos de esa zona. De esta manera, los prepararás para que el próximo invierno sufran mucho menos.