Durante las últimas fases de una lesión o patología, la readaptación se hace cada vez más indispensable para una óptima incorporación a nuestro día a día, buscando con ella potenciar aquella musculatura y movimientos específicos que pueden llevarnos a caer una y otra vez en el mismo dolor, atajando así la raíz de nuestro problema.
Son numerosas las herramientas con los que la fisioterapia cuenta para ayudarnos a llevar a cabo este proceso (polea cónica, electroestimulación, bandas elásticas, etc.). Sin embargo, una de las más completas es el Reformer, dada la gran versatilidad que nos ofrece en cuanto a ejercicios, posición de entrenamiento, adaptación a la fuerza, etc.
¿Qué es el Reformer?
El Reformer es un aparato diseñado para la realización de numerosos ejercicios, aplicando tanto los principios del método pilates, como aquellas condiciones de entrenamiento que nos ayuden en nuestra readaptación (trabajo en desequilibrio, con implementos, etc.).
La máquina consta de un sistema de ruedas y muelles, bajo una superficie plana donde podremos deslizarnos, mediante el empuje de nuestras piernas o brazos, de una parte a otra de la máquina, todo ello ajustable a nuestro tamaño y fuerza.
¿Quién puede beneficiarse del entrenamiento en Reformer?
Prácticamente la totalidad de pacientes pueden usar este método en la recuperación de su lesión o patología, siendo especialmente útil ante problemas lumbares, ya que tonificaremos aquella musculatura implicada en el control de nuestra espalda, incrementando la fuerza, coordinación y flexibilidad, ayudando así a aliviar nuestro dolor.
Sin embargo, no solo puede ayudar a nuestra columna, sino también a nuestras extremidades, siendo recomendable ante lesiones musculares, esguinces, hombros congelados, pérdida de movilidad, y demás problemas asociados a nuestras piernas y brazos.
