Solo mencionar la palabra hernia suele ser motivo de preocupación para muchos pacientes. Lo es, eso sí, cuando se refiere al disco vertebral, ya que hay otro tipo de hernias que no están relacionadas con el disco, como puede ser una hernia inguinal o también una de hiato.
Vamos a intentar dar un poco de tranquilidad de manera breve para los pacientes que sufren alguna hernia discal en su columna.
Lo primero que debes saber es que tener una hernia discal no implica tener dolor ni incapacidad para realizar una vida totalmente normal, incluso de ejercicio o actividades físicas.
La hernia discal es una salida de un componente del disco que se llama núcleo a través del anillo que lo recubre y esto hace que el disco se abombe por donde la hernia disponga su salida. Imaginémonos que apretamos una hamburguesa por un lado, la parte que saldría por el otro lado sería la hernia.
El dolor que puede producir una hernia discal es variado, si bien tiene unos signos característicos como puede ser dolor lumbar, que a veces irradia hacia los glúteos, el muslo, pierna y hasta el pie (incluso dedo gordo). Es un dolor punzante que provoca limitación e incluso no remite en fase aguda con ninguna posición. Algunos pacientes cuentan que la sensación es de tener un “perro enganchado”.
Uno de los problemas de las hernias es que comprometan al nervio y le ocasionen daño a este, por lo que los síntomas se acentúan y es aquí donde radica el principal objetivo a seguir, que es conseguir que el nervio se encuentre afectado el menor tiempo posible por la hernia, ya que hay mucha evidencia que indica que el nervio afectado por fenómenos de compresión o de estiramiento sobre ese nervio, cuanto más tiempo se encuentre bajo estos fenómenos, más difícil será que se recupere en espacio corto de tiempo.
En cuanto al tratamiento hay varias posibilidades y suele aplicarse cuando da sintomatología dolorosa. En el campo de la medicina, tenemos la aplicación de fármacos indicados para el dolor y la relajación; la cirugía en casos severos cuando el tratamiento conservador ha fracasado es otra opción, si bien ésta no se considera como opción primaria.
En nuestro campo de la fisioterapia, tenemos muchas técnicas destinadas a la mejora de los síntomas e incluso se trabaja para evitar que ese disco siga sufriendo desde un punto de vista mecánico; alguna de las técnicas que se usan son la importante terapia manual en combinación con terapias físicas como puede ser láser de alta potencia, neuromodulación, electroterapia, termoterapia, fisioterapia invasiva y dispositivos de tracción sobre la columna vertebral; con resultados más que favorables que en un gran porcentaje evitan la temida cirugía por los pacientes.
Si tú sufres una hernia discal, esperamos que este texto haya servido para tranquilizarte. Si tienes alguna duda, ¡desde nuestra clínica de fisioterapia de Jaén estaremos encantados de atenderte!